Ya no podemos pretender

Ya no podemos pretender

Ya no podemos pretender

Pará un minuto y respondete: Qué aprendiste o te das cuenta que hacés mejor a partir de este contexto?

Todos aprendimos algo diferente desde que comenzó la pandemia, reinventarnos fue la única manera de adaptarnos a un escenario que cambió abruptamente y que hoy persiste.

Naturalizar en el día a día lo diferente nos permitió bajar el volumen de nuestras alarmas interiores para, gradualmente, poder ampliar nuestro rango cognitivo, emocional y de acción sobre aquello que en un principio fue abrumador, para esto, fue necesario aceptar en nuestro propio camino de desarrollo los “No puedo, No sé, No encuentro cómo… y complementarlos con un empático y amable: Todavía…”, bajarnos del ego perfeccionista, autoexigente y automatizado, viviendo el proceso de aprehender nuevas habilidades paso a paso, sin juzgar el resultado fue, es y será clave para lo que se viene.

Todo cambio tiene una tendencia pendular, es importante que encontremos los ritmos de cada oscilación para tensar y relajar las acciones con el timing preciso de cada movimiento acompañándonos unos a otros en un camino que se construye y consolida de manera holística.

Dentro de las organizaciones, el mayor punto de soporte de este proceso de adaptación, recae en los líderes, quienes primero necesitan atravesar momentos de Incertidumbre Consciente, que ponga realmente en jaque el estilo personal de gestión para re-conocerse en sus cualidades y reconstruir el liderazgo hacia uno que responda a preguntas como: Qué es ser empático en este contexto? Cómo se delega eficientemente en una modalidad donde el “control” ahoga? Qué necesito saber de la gente para construir objetivos ya no solo con sentido, sino que también se adapten a las verdaderas posibilidades de gestión de cada persona?

En lo personal, luego del año más virtual de mi trayectoria, compruebo que es posible conectar emocionalmente en un profundo nivel cuando lo que se comparte en el espacio de trabajo está planificado “codo a codo” (nunca mejor utilizada la expresión) con las personas implicadas, tomando información desde los indicadores, la intuición, emoción y el análisis racional, trazando un correcto mapa de empatía. Si esto ocurre, el impacto más favorable para la gente y el negocio también.

Este es el momento más oportuno para plantar el primer mojón de un nuevo camino que demanda curiosidad y humildad para no pretender ser, sino realmente Ser aquello que es necesario y así, garantizar nuestra capacidad de adaptarnos y sobresalir en un trayecto con nuevos paisajes.